viernes, 22 de junio de 2007

Brevedad

El tiempo me ha engañado con tanta frecuencia que ya no me quedan ganas de confiar en él, en su magia curativa, en su capacidad mundialmente reconocida de cicatrizar nuestras heridas. No le creo, ni creo en la idea de esperar a que me cure, pienso echarle una carrera y estoy decidido a ganarle, como siempre he hecho, sin paciencia, a mi manera. Por que me he dado cuenta de que los momentos en los que más feliz me he sentido en esta vida son precisamente eso: momentos. El brillo de sus ojos al saber que la estoy mirando dura tan solo un instante y la parte que más me gusta de una canción suele acariciar mis oídos durante sólo unos pocos segundos. Mi felicidad se compone de un cúmulo de esos pequeños momentos, en los que no importa lo que ocurra después, en los que una sonrisa basta.

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